El balón de contrapulsación intraaórtico no disminuye la mortalidad en pacientes con infarto de miocardio y shock cardiogénico:

Se trata de un ensayo clínico prospectivo, aleatorizado y multicéntrico donde se randomizan 600 pacientes con infarto de miocardio y shock cardiogénico (sometidos a  una estrategia de revascularización precoz y con tratamiento médico óptimo) al uso o no de balón de contrapulsación intraórtico (BCIAO).

Aproximadamente dos tercios de los pacientes presentaban IAM con elevación del ST y más del 95% del global se sometieron a angioplastia primaria (90% con stent). El end point primario de mortalidad global a 30 días no difirió de manera significativa entre ambos grupos (39,7% en grupo de BCIAO y 41,3% en grupo control; p=0,69  IC 95% 0,79 a 1,17). Tampoco se objetivaron diferencias en end points secundarios (incluyendo el tiempo necesario hasta la estabilización hemodinámica, el tiempo de estancia en UCI, la dosis y duración de catecolaminas, o los niveles de lactato o de función renal). En cuanto a los parámetros de seguridad se comprobó que no existían diferencias significativas entre ambos grupos en cuanto a las tasas de hemorragias mayores, complicaciones isquémicas periféricas, ictus o cuadros sépticos.

Entre las críticas al estudio podemos destacar que aproximadamente un 10% de los pacientes del grupo control se entrecruzaron al grupo de BCIAO y que el uso de los mecanismo de asistencia ventricular fue mayor en el grupo control (ambos podrían haber tenido cierta influencia en resultados finales). También podría tener contribuir a los resultados obtenidos el momento elegido para implantar el BCIAO (en el 86% de los casos se realizó después de la revascularización), hecho que no fue analizado. Sería preciso igualmente un seguimiento a largo plazo de los pacientes para valorar si los resultados a los 6 meses y al año fueran diferentes de los obtenidos a los 30 días (que se realizará en el futuro).

En todo caso, los resultados que se extraen de este estudio ya se ven reflejados en las nuevas guías europeas de IAMCEST del 2012, de forma que si previamente el uso del BCIAO en el contexto del infarto agudo de miocardio con shock cardiogénico estaba respaldado con un grado de recomendación IC, actualmente dichas recomendaciones se han modificado, siendo ahora relegado su uso a un grado de recomendación IIb B. Reseñar igualmente que en el subgrupo de los pacientes más jóvenes (menos de 50 años) el uso de BCIAO parecía ser beneficioso, hallazgo que tendrá que ser confirmado en estudios posteriores.

En definitiva y en base a los resultados del estudio actual no estaría justificado el uso rutinario del BCIAO en todos los pacientes con infarto de miocardio complicado con shock cardiogénico en los que se prevé una estrategia de reperfusión precoz y que reciben tratamiento médico óptimo.

 

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Dr. Juan Ocampo Míguez

 

Para casos de emergencia  061